Las articulaciones de los pies aguantan mucho. No tienen más remedio ya que, bajo carga, actúan fuerzas sobre ellas que superan en mucho el peso corporal. Con unos ligamentos fuertes, las articulaciones del tobillo se guían de forma segura. Pero no son indestructibles: si la articulación se mueve más allá de su rango natural, puede producirse una dolorosa distensión de ligamento y, en casos extremos, incluso una fisura o la rotura total de este, es decir, un desgarro de ligamento. Aquí descubrirás cómo reconocer una lesión de ligamento y las medidas para su recuperación.
¿Qué ligamentos hay en el pie?
Lo que coloquialmente llamamos tobillo, es una construcción compleja de huesos, cartílago y tejido conjuntivo. Los maléolos interno y externo (parte interna y externa del tobillo) son claramente visibles y se tratan de los engrosamientos en los extremos inferiores de la tibia y el peroné. En su parte inferior, conforman una horquilla recubierta de cartílago articular liso, la llamada mortaja tibioperonea u horquilla maleolar, que comprende el astrágalo, cubierto también por cartílago. Estos tres huesos (horquilla maleolar desde la tibia y el peroné, así como el astrágalo) forman, en conjunto, la articulación superior del tobillo. La articulación inferior del tobillo consta del calcáneo, el astrágalo y el navicular adyacente en el lateral.
Junto con la cápsula articular, varios ligamentos que envuelven la articulación del tobillo mantienen unidos los huesos. Estos ligamentos están conformados por fibras conjuntivas resistentes a la tracción y determinan el rango de movimiento de las articulaciones.
Cuando se tuerce el tobillo, la mayoría de lesiones se producen en la articulación superior del tobillo. Es ahí donde se encuentran los ligamentos mayores (cuatro ligamentos externos y tres internos), que llegan parcialmente hasta el calcáneo y los huesos del tarso y que estabilizan la articulación superior del tobillo y también la inferior, así como todo el pie.
¿Cómo se produce una distensión de ligamento en el pie?
La distensión de ligamento en el tobillo se da, sobre todo, si el pie ha girado excesivamente hacia el interior o hacia el exterior. Esto sucede con frecuencia durante la práctica deportiva, pero también puede suceder en un instante en cualquier situación cotidiana como, por ejemplo, si te tuerces el pie en un bordillo por falta de atención. Puesto que lo normal es que se tuerza por el borde exterior del pie, en la mayoría de casos afecta al ligamento externo (traumatismo por supinación). Sin embargo, la torcedura hacia el lado interior tampoco es algo raro y puede provocar lesiones graves en los ligamentos, en las que resulta afectada también la cápsula articular interna. En este caso, la articulación se desestabiliza porque los ligamentos ya no pueden cumplir correctamente su función en el pie.
¿Cómo reconozco si tengo una distensión de ligamento en el tobillo
Si después de una rotación hacia dentro o hacia fuera poco natural aparece directamente dolor y no se puede ejercer carga en el pie sin sentir dolor, es muy probable que exista una lesión en los ligamentos de la articulación del tobillo. Según la gravedad de la lesión, puede aparecer también hinchazón (edema) o hematomas.
No te tomes el dolor a la ligera y acude sin falta al médico. Primero, hay que determinar si se trata de una distensión de ligamento o de un desgarro de este y, para los no profesionales, en muchos casos es muy difícil diferenciar estos dos casos. Además, es fundamental determinar la gravedad de la lesión y, por ejemplo, descartar o diagnosticar avulsiones de ligamentos con participación ósea, en las que se haya desprendido un fragmento óseo, o lesiones en la cápsula.
¿Cómo se trata una lesión de ligamentos en la articulación del tobillo?
Como medida de emergencia, con la triada nunca fallas: inmovilizar, poner en alto y aplicar frío, y cuanto antes lo hagas, mejor. Ni se te ocurra seguir sometiendo la articulación a carga. Si el tobillo está hinchado, una compresión específica puede ayudar a contener la inflamación.
El tratamiento médico depende de la gravedad de la lesión y de si se ha diagnosticado afección de la cápsula articular o los huesos. En la mayoría de casos, la cirugía solo es necesaria si existen un desgarro completo de ligamento o una avulsión de ligamentos con participación ósea; en caso de distensiones leves del ligamento o desgarros parciales, suele bastar con medidas conservadoras como la fisioterapia y la descarga.
El tratamiento fisioterapéutico debería comenzar después de una fase de reposo lo más breve posible. Además de ejercicios de fuerza y de coordinación, un buen complemento a la fisioterapia serían un tratamiento con aplicación de hielo o frío y drenajes linfáticos (en caso de edemas manifiestos).
Cuanto más grave es la lesión, más meses puede llevar la recuperación. Incluso en caso de una distensión leve de ligamento, la articulación pierde estabilidad. Esto aumenta el riesgo de que vuelva a torcerse y, quizá, agravar la lesión. Por eso, puede resultar útil aportar una ayuda externa a la articulación, por ejemplo, con el uso de un vendaje para la articulación del tobillo.
¿Cómo puede ayudar un vendaje para la articulación del tobillo en el pie?
Un vendaje para la articulación del tobillo como el MalleoTrain ® estabiliza la articulación, descarga los ligamentos dañados y puede ayudarte a aliviar el dolor. Puesto que el uso del vendaje ayuda a reducir hematomas y edemas, contribuye eficazmente en la curación. Así, podrás ir recuperando poco a poco la movilidad y dejar atrás la lesión y el dolor.
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Entrenamiento para la articulación del tobillo
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