Desde que nos levantamos por la mañana hasta que nos acostamos por la noche, estamos activos todo el día. O mejor dicho: ¡sobre nuestros pies! Al fin y al cabo, son ellos los que nos soportan a nosotros y a nuestro peso corporal en la vida cotidiana. Por eso, cuando surgen problemas en los pies y cada paso va acompañado de dolor, resulta especialmente molesto. Entonces, es importante llegar al fondo del dolor y saber qué puedes hacer al respecto. Nos gustaría acompañarte en esta tarea.
Dolor de pies: Tabla de contenido
Los cimientos de tu cuerpo
Nuestros pies son una obra maestra anatómica con una compleja interacción de 26 huesos, más de 100 ligamentos, más de 30 músculos y 33 articulaciones. Y trabajan duro: Damos entre 3.000 y 5.000 pasos al día, a veces incluso más, según nuestro trabajo y actividades de ocio. En cada uno de estos pasos, todo el peso de nuestro cuerpo descansa sobre los pies, casi el triple cuando hacemos footing.
Por supuesto, es preferible «tener los pies bien plantados en el suelo». Pero, por desgracia, el dolor de pies es bastante frecuente tanto en adultos como en niños. Por ejemplo, a muchas personas les duelen los pies al pisar o durante la pisada, o les duele la planta del pie.
Debes tomarte en serio el dolor en los pies o en las plantas de los pies. Por un lado, puede suponer una carga considerable en tu vida cotidiana. Por otro, tiene consecuencias para todo tu cuerpo, si los cimientos empiezan a flaquear. Los problemas en los pies pueden provocar malas posturas, problemas articulares y dolor en rodillas, caderas y espalda.
Pero no te fijes sólo en el dolor: Una marcha inestable, la frecuente torcedura del pie o el desgaste desigual de las suelas de los zapatos también pueden ser advertencias de que tus pies necesitan ayuda.
Causas más frecuentes del dolor de pies
Su estructura compleja, y en parte delicada, hace que nuestros pies sean susceptibles a sobrecargas y desalineaciones. Muchas personas sufren las típicas malas posturas del pie, como pie valgo, pie cavo, pie plano transverso o pie plano. Si no se tratan y carecen del apoyo adecuado, los pies están sometidos a una tensión excesiva, que termina provocando dolor.
Un calzado incorrecto y una degeneración de los músculos del pie también pueden causar problemas o agravar dolencias ya existentes. Lo mismo ocurre con la debilidad de los ligamentos. En caso de determinados tipos de dolor, también puede considerarse la artrosis del dedo gordo del pie.
Sin embargo, enfermedades que a primera vista parecen no tener nada que ver con los pies también pueden desempeñar un papel decisivo. Es el caso, por ejemplo, de la diabetes mellitus. Esto se debe a que la diabetes suele ir acompañada de una alteración nerviosa, lo que significa que apenas se notan las heridas o los puntos de presión del calzado. En combinación con una circulación deficiente, es más fácil que se infecten pequeñas heridas, desgarros cutáneos o úlceras por presión, lo que a su vez puede dar lugar a complicaciones graves. Por tanto, los pies con diabetes requieren una atención muy especial.
Ve al médico, ¡pero ve bien preparado!
El dolor de pies no es sólo desagradable; dependiendo de su gravedad, puede tener un gran impacto en tu bienestar diario. Es importante que no te tomes tus molestias a la ligera, sino que llegues al fondo del dolor. Para proporcionar a tus pies el mejor cuidado posible, es esencial que un especialista diagnostique correctamente tus problemas de pies.
Además de una exploración física minuciosa, tu médico también te hará algunas preguntas. Para asegurarnos de que no pases por alto nada importante, hemos elaborado un cuestionario para que describas detalladamente tus síntomas. Sólo tienes que descargarlo, rellenarlo y llevarlo contigo a la cita con el médico.
¿Qué hacer cuando te duelen los pies?
En función del diagnóstico, tu médico dispondrá las medidas médicas adecuadas para ti. Las plantillas ortopédicas suelen ser una parte esencial del tratamiento del dolor de pies. Esto se aplica en particular a las malas posiciones del pie y otras dolencias en las que los pies necesitan apoyo.
Las plantillas ortopédicas de alta calidad tienen un efecto biomecánico. Esto significa que ayudan al pie en su funcionamiento natural. Las plantillas proporcionan alivio y estabilidad, y también pueden tener un efecto positivo en tu postura corporal. Además de los pies, al mismo tiempo también pueden aliviarse las articulaciones de la rodilla y la cadera, así como la espalda.
Por supuesto, no todos los pies necesitan el mismo tipo de apoyo, y tu patrón de movimiento también es muy personal. Por eso en Bauerfeind te ofrecemos una gran variedad de modelos. Si eres muy activo, por ejemplo, y tal vez practicas golf, senderismo o deportes de pelota, la plantilla TRIactive podría ser la elección adecuada para ti: La plantilla ortopédica tiene tres zonas funcionales, cada una de las cuales aporta amortiguación, apoyo y guía. A su vez, la serie Ergo-Pad te ofrece distintos diseños para las típicas malposiciones del pie, incluido un modelo específico para personas con diabetes.
Tu médico puede ayudarte a decidir qué modelo es el ideal para ti. Como ocurre con todos los productos médicos, las plantillas sólo son eficaces al 100 % si se adaptan a tus necesidades individuales y quedan perfectamente ajustadas. Evidentemente esto significa que deben tomarse con exactitud las medidas corporales relevantes. Tu comercio especializado en suministros médicos o de calzado ortopédico es el lugar adecuado para ello: ahí te fabricarán unas plantillas ortopédicas a la medida de tu pie. Así tendrás unas plantillas únicas y exclusivas diseñadas para la salud de tus pies, perfectamente adaptadas a tu calzado y a tu vida diaria.
Para que en tu comercio especializado puedan ayudarte mejor, tienen que saber con la máxima precisión las molestias que tienes. Nuestro cuestionario también te ayudará a encontrar la plantilla perfecta para ti. Sólo tienes que rellenarlo y llevarlo contigo al comercio especializado en suministros médicos o al técnico de calzado ortopédico.
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Cuida la salud de tus pies
Además de las plantillas ortopédicas y el calzado bien ajustado, hay otras cosas que puedes hacer para prevenir el dolor de pies. Lo ideal es que el cuidado regular de los pies forme parte de tu rutina. En función del cuadro de molestias, también es aconsejable revisar los pies con frecuencia para detectar puntos de presión, enrojecimiento, callosidades o heridas.
Como ocurre a menudo, el ejercicio también desempeña un papel importante: Con la gimnasia para los pies entrenas y fortaleces los pies y los descargas de las tensiones y presiones del día. Para ello bastan unos minutos al día. Caminar descalzo con regularidad también entrena los músculos de los pies para que tu cuerpo tenga una base sólida.