En los dolores en los glúteos, en los lados de la cadera y en la espalda baja, la causa puede ser una artrosis en la articulación sacroilíaca. Las personas afectadas sienten los dolores, por ejemplo, al bajar del coche, al estar mucho tiempo de pie, o al caminar lentamente. La enfermedad es de tipo degenerativo. Esto significa que los daños son duraderos y los desgastes irreparables. Sin embargo, con una terapia adecuada y realizada a tiempo puede influirse positivamente en la evolución de la enfermedad.
¿Qué es una artrosis en la articulación sacroilíaca?
ASI es la abreviatura de la articulación sacroilíaca, que une la columna vertebral con la pelvis entre el sacro y el hueso ilíaco. También se llama articulación sacroilíaca, y es una articulación rígida con poca movilidad de unos pocos milímetros. Esta rigidez proviene de un fuerte sistema de ligamentos, que rodea a toda la cintura pélvica. A través de esta articulación se transfiere el peso de la parte superior del cuerpo a las articulaciones de la cadera, y con ello a las piernas. La artrosis en la articulación sacroilíaca es un desgaste degenerativo del cartílago de la articulación y de la superficie de la articulación. Las consecuencias pueden ser dolores que a su vez conducen a limitaciones en la movilidad de la zona de la espalda y la cadera. Las molestias de la articulación sacroilíaca también pueden ser crónicas.
Artrosis en la articulación sacroilíaca: causas y surgimiento
La causa más frecuente del surgimiento de una artrosis en la articulación sacroilíaca es una sobrecarga inadecuada de las articulaciones sacroilíacas, por ejemplo por realizar un entrenamiento incorrecto o unilateral, o por tener las piernas de diferente longitud, lo que causa una modificación en la posición de la pelvis. La consecuencia es un desgaste del cartílago de la articulación. En este proceso, los huesos afectados pueden deformarse, y puede producirse una desalineación de la pelvis. La artrosis en la articulación sacroilíaca puede manifestarse del lado izquierdo o derecho, o en ambos lados.
Otras posibles causas son lesiones previas en el área de la pelvis, una inflamación en la articulación sacroilíaca, o sobrepeso. También el desgaste de las superficies de la articulación afectadas debido a la edad puede conducir a lo largo de los años a la formación de una artrosis en la articulación sacroilíaca
Artrosis en la articulación sacroilíaca y sus síntomas típicos
La mayor parte de las veces, las personas afectadas sufren problemas de la cadera, fuertes dolores en el área inferior de la espalda, y limitaciones de la movilidad. El dolor aparece repentinamente al realizar movimientos, y puede irradiarse a las piernas. Al principio solo se muestra al realizar esfuerzos, por ejemplo, al caminar o estar de pie mucho tiempo. En muchos pacientes, las molestias son más fuertes por las mañanas, y van disminuyendo con el transcurso del día.
En la siguiente fase de la enfermedad, muchas veces los dolores se presentan ya al realizar movimientos menores de flexión y giro de la parte superior del cuerpo. Para reducir la carga, las personas afectadas frecuentemente adoptan una postura de alivio para evitar los dolores. Si la artrosis en la articulación sacroilíaca se hace crónica, también el dolor permanece de forma duradera, y adicionalmente empeora al realizar esfuerzos. Las personas afectadas quedan entonces limitadas en su vida cotidiana y tienen que vivir con los dolores que se les presentan en los movimientos cotidianos.
Los síntomas típicos en resumen:
- Dolores de cadera
- Dolores en la zona de la espalda baja
- Limitaciones en las secuencias de movimiento
Dado que el peso corporal excesivo ejerce una gran presión sobre la articulación sacroilíaca, para muchas personas afectadas una reducción de peso es otro paso importante en la terapia.
¿Cómo se realiza el diagnóstico de la artrosis en la articulación sacroilíaca?
Debido a los dolores de espalda poco específicos en la fase temprana, muchos pacientes consultan primero a su médico de cabecera. Con ayuda de pruebas de provocación, el médico puede ejercer cargas sobre la articulación sacroilíaca, y con ello producir los típicos dolores de la artrosis en la articulación sacroilíaca. De esta manera puede hacerse una localización.
Los métodos de imagen, como MRT (imagen de resonancia magnética) y CT (tomografía computarizada) pueden ayudar en el diagnóstico, y mostrar ya desde una etapa temprana si se trata de un proceso inflamatorio agudo o una artrosis en la articulación sacroilíaca. Para comprobar malas posturas y un desgaste de la superficie de la articulación se utiliza una radiografía. En la etapa avanzada de la enfermedad, las radiografías ofrecen información reveladora y muestran los cambios en las estructuras de la articulación. Entonces pueden verse un espacio articular reducido y un desgaste de las superficies cartilaginosas de la articulación.
Artrosis en la articulación sacroilíaca: tratamiento y pronósticos
Los daños producidos en la articulación y el cartílago de la misma no pueden eliminarse. Por ello, el primer objetivo de la terapia es el alivio de los síntomas agudos, en especial los dolores en los glúteos y las piernas. Las aplicaciones de calor los alivian, por ejemplo con envolturas de fango o almohadas térmicas. Para aflojar las tensiones y para relajar el tejido circundante, los médicos recetan, entre otras cosas, el uso de masajes. La movilidad de la articulación sacroilíaca puede mejorarse con ayuda de una fisioterapia especial.
Ortesis como efectivos complementos en la artrosis en la articulación sacroilíaca
La terapia para la artrosis en la articulación sacroilíaca apunta a reducir la carga de las áreas afectadas, así como a aliviar los dolores. Estos objetivos pueden apoyarse de manera óptima con ortesis, dado que estas estabilizan las articulaciones sacroilíacas. Mediante los cinturones de tracción colocados, la SacroLoc favorece adicionalmente el enderezamiento de la pelvis y reduce la carga sobre el aparato ligamentario local. Además, con ayuda del sistema de cinturones de tracción también se posicionan de forma precisa dos almohadillas colocadas en la espalda, que al moverse masajean específicamente puntos de estimulación y actúan sobre los músculos y ligamentos estabilizadores.
Los pacientes con artrosis en la articulación sacroilíaca se benefician de un alivio de los dolores, dado que la SacroLoc afloja las tensiones, actúa reduciendo las cargas, y ofrece mucha comodidad de uso. El práctico cierre de velcro con cintas anchas para los dedos facilita la colocación de la ortesis. Con su cierre plano para el vientre, la SacroLoc puede llevarse bajo la ropa sin llamar la atención, y de esta manera es adecuada para utilizarse todos los días.
¿Qué medidas operativas pueden considerarse en la artrosis en la articulación sacroilíaca?
Cuando se sienten fuertes dolores en los glúteos por mucho tiempo, y no se consigue aliviar los síntomas con medidas conservadoras, queda como última opción un tratamiento con una operación. En el marco de la operación puede realizarse la llamada rigidización (artrodesis). En esta intervención, el cirujano atornilla uno con otro el sacro y el hueso ilíaco.
También después de una operación tiene sentido utilizar una ortesis como la SacroLoc, para estabilizar la pelvis y la articulación sacroilíaca durante el periodo de la rehabilitación y apoyar de forma óptima el proceso de curación.