¿Tienes la rodilla hinchada e inusualmente rígida? ¿Te duele al estirarla y doblarla? Entonces puede que se haya acumulado líquido en la cápsula articular. Puede deberse a un derrame en la rodilla, cuyo origen suele ser una lesión de rodilla como, por ejemplo, un desgarro de ligamento o una luxación de la rótula. Pero una rodilla hinchada también puede tener otras causas. Empezar pronto con un tratamiento adecuado y el alivio de la rodilla es fundamental para la curación completa de un derrame agudo.
¿Qué es un derrame de la articulación de la rodilla y cómo se origina?
El derrame de la articulación de la rodilla afecta principalmente a la cápsula articular de la rodilla. Esta consta de dos capas y envuelve todas las superficies articulares de la rodilla. Mientras que la capa externa se encarga, entre otras cosas, de la conducción de los estímulos de la articulación de la rodilla y el cerebro, la capa interna forma el líquido sinovial que proporciona nutrientes a la rodilla y actúa como amortiguador.
En caso de derrame de la articulación de la rodilla, se acumula una cantidad excesiva y anómala de líquido en la cápsula articular. Este líquido puede ser un exceso de líquido sinovial, sangre o pus. Los médicos distinguen entre derrame de la articulación de la rodilla agudo y crónico:
- Una infección aguda está provocada por bacterias o virus, por ejemplo, como consecuencia de una cirugía o de traumatismos abiertos.
- En caso de inflamación crónica, la causa pueden ser traumatismos o lesiones por sobrecarga en las estructuras cercanas a las articulaciones o que forman parte de estas.
- Si aparece inflamación crónica cuya causa no son traumatismos, podrían deberse, por ejemplo, a enfermedades autoinmunes. En este caso, la mucosa articular (membrana sinovial) se irrita y genera más líquido sinovial.
En el caso de personas de mayor edad, el derrame de la articulación de la rodilla también puede deberse con frecuencia a enfermedades reumáticas o a artrosis, ya que el desgaste articular degenerativo limita la función de la articulación de la rodilla y puede provocar inflamaciones recurrentes.
Síntomas de un derrame de la articulación de la rodilla
Un primer signo de derrame articular es un gran aumento en el tamaño de la rodilla, a la vez que se reduce mucho la movilidad. El líquido en la rodilla ejerce una presión considerable, lo que causa un dolor que se suele sentir detrás de la rótula. Si además la rodilla está enrojecida y caliente, es probable que exista inflamación en la rodilla.
Si en unos días la hinchazón no se reduce, sería conveniente acudir al médico. Un tratamiento rápido es fundamental, sobre todo, si la causa del derrame es una infección. De lo contrario, los daños en la articulación pueden ser permanentes.
Diagnóstico de un derrame articular
Un método habitual para diagnosticar un derrame de la articulación de la rodilla es el llamado «peloteo rotuliano». En esta prueba, el médico ejerce presión desde abajo en la rótula. Si, a continuación, la rótula vuelve a rebotar, significa que la rótula está flotando en el derrame articular. De esta manera, prácticamente se confirma el diagnóstico de derrame de la articulación de la rodilla.
Otro método de exploración consiste en estrujar la bolsa sinovial por encima de la rótula y, a continuación, comprimir la cápsula articular llena. Si existe derrame articular, se muestra una ligera protuberancia en la parte externa de la rodilla.
Otros métodos de diagnóstico son procedimientos de generación de imágenes como ecografía, radiografía, tomografía computarizada (TAC) o la resonancia magnética nuclear (RMN).
Derrame articular en la rodilla: así puedes frenar efectivamente el deterioro
Si la rodilla está hinchada debido a un derrame articular, poner las piernas en alto solo ayuda un poco. Si bien las personas afectadas deberían evitar grandes cargas, recuperar la movilidad lo más rápido posible es fundamental. Para ello, puede ayudarte un vendaje GenuTrain, que se puede utilizar incluso con la rodilla hinchada.
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Debe tenerse precaución si el derrame de la articulación de la rodilla se ha producido por una sobrecarga o un traumatismo. En estos casos, no deberías someter a tu rodilla a una carga excesiva ni practicar deporte durante algún tiempo. Si la hinchazón está acompañada de dolor, las cremas de efecto frío y analgésicas podrían ayudar. Pero en este caso, será necesario que consultes con tu médico.
Entrenamiento para tu rodilla
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